Nikita ni pon

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Te he visto nacer. 


  
Recuerdo lo que sentí cuando te encontré preciosa esperándome en el jardín con un lacito rojo. Vestida de hilo blanco, las cálidas tardes de verano. Y miles de capas cebolla, las mañanas frías de invierno. Los bocadillos y los primeros cigarros en el patio del Instituto, fueron encima tuyo. Te mimé, te pinté, te maqueé. Corrías. Corrías más que las otras. Eras especial. Tantas locuras secretas que solo tu y yo sabemos... Te vi crecer. Incluso flirtear. Tu siempre eras la más sexy. Recuerdo zarandearte, y que sufrías por las dos cuando salíamos de fiesta. Tuvimos épocas de todo tipo. Al principio casi siempre éramos tres. Con el tiempo nos fueron dejando solas. Cada uno iba a su rollo.
Tantas veces me dejé las llaves puestas. Tantas veces sufrí pensando que cuando llegase ya no estarías. Pero siempre estabas. Siempre. Ahora voy a ver como te reproduces. Debes continuar tu camino, ser fuerte y vencer las dificultades que te encuentres. Porque eres valiente. Energética. Y aún te queda mucho por vivir.
Nunca te olvidaré. Jamás.




La virginidad del prologuísmo


Mientras Pet Shop Boys publicaba el álbum de Actually, Dirty Dancing se estrenó si saber que seguiría robando corazones más de dos décadas después. En ese momento, Los girasoles de Van Gogh valían 320 millones de francos, moría Andy Warhol y a su vez, nacían Leo Messi y el videojuego de Megaman.

Entre tanto embrollo, vino por tiro libre o por penal, Sergi Moreso. Sea como fuere, gracias árbrito por pitarlo.

Suele contarme que de pequeño miraba anuncios publicitarios en vez de dibujos. Curioso. Ya que después de 23 años, la licenciatura de Publicidad y RRPP (UB), y haber trabajado en el departamento de audiencias y promociones de TV3, resulta que ahora le da por mirar dibujos.

Una mente perspicaz e ingeniosa pero absorta en sus márgenes de apuntes ilustrados, al fin decide continuar con lo suyo y se mete en EINA (UAB). Allí cursa un postgrado de ilustración creativa y técnicas de comunicación visual dónde se lanza de pleno en el mundo del dibujante- creador y vende su primera pequeña obra en una exposición en la sala Barra de Ferro.

Amamantando sus conocimientos, hace un curso de edición de video (Adobe Premiere), uno creación web (Flash y Dreamweaver) y otro de diseño gráfico y maquetación (Photoshop, Illustrator e InDesign).

Otras veces, también nos entretenemos gargajeando juntos alguna que otra estropaja mental y él se dedica a ilustrarlas.

Chorradas habidas y por haber, se mete en cada proyecto como si su vida dependiese de ello, tratándolo con dedicación, esfuerzo, delicadeza y sobretodo, mucho cariño. Puede abarcar multitud de ámbitos y temáticas distintas, siempre bajo su característico estilo personal. Nada de plagio de revistas punkis modernetas, ni inspiraciones sospechosas de fancines gratuïtos y flyers underground.

Él es así.




Manuales de Autoayuda


Si de verdad quieres convertirte en Creativo Publicitario











Campaña Complot Escuela de Creativos hecha por Creativos.

0.24€/ lata. Relato.

No te llegaba para el piso y te pillas reserva en un cámping. Pero eres feliz. Dormir en el suelo, bueno, en un semi colchón que se deshincha durante la noche. Llegar de fiesta a las ocho de la mañana, sol ardiente incidiendo en tu tienda de campaña azul marino desde las nueve y media de la mañana. Mosquitos, arañas, hormigas y otros bichitos irreconocibles. Pero eres feliz. Bolsas de patas vacías, agua caliente de la que no se puede beber, latas de cerveza arrugadas que gotean, olor a cuerpo humano. De repente, asomas la cabeza fuera la tienda como si dentro no pudieses respirar. Bff.. No sé dónde hace menos calor. Pero sigues feliz.


Poco a poco te das cuenta que ya estás tocando plenamente con el suelo y decides levantarte e ir a la playa. El coche es un viejo 600 alquilado por dos chavos. Al principio pensaste que serías guay pero ya no lo piensas. Embraga mal, la dirección ciertamente torcida a la derecha, efecto invernadero, ventanas prehistóricas, casete de Julio Iglesias como regalo de la casa de alquiler. En fin, que con esfuerzo llegas a la playa. Pero eres feliz.


No hay gente guapa, ¿dónde se metieron los tonights? Tu bañador tiene 5 años, las gomas gastadas, bolsas por todos lados y adopta un tono descolorido que parece salmón carne. Tienes un grupo de señoras al lado derecho que gritan sin saber porqué; un grupo de chavales al lado izquierdo que escuchan Reggaeton en un loro; carpas; mesas; sillas plegables, colchonetas verde chillón; niños llorando; castillos, cubos y palas como minas; gente que pasa corriendo por tu lado salpicándote arena; bocadillos Bimbo de cuatro pisos, envueltos en papel de aluminio que gotean aceite; camisetas colgando de las sombrillas con tal de conseguir mejor sombra; señores peludos que esperan obedientes mientras sus mujeres les untan de crema blanca y pastosa, y les dicen cómo y lo que deben comer. Pero tu allí, tranquilo, sigues feliz y decides volver al cámping a las seis de la tarde con la intención de freir algo en un hornillo que traiste de casa y que apenas tiene gas.


Pero comes. Y al cabo de un rato, decides ir a pasear. Las tiendas, en inglés, la música, en alemán y los hilos de radio de los bares Polinésico- Brasileños de sillas de bambú y cojín en el culo, están en francés. Fish&chipps, Bobs Esponja hinchables, trampolines varios, algodón de azucar y gambas andantes sin camiseta con tal de dejar relucir sus cadenas supuestamente de oro, se pasean junto a ti.


Te tomas un respiro. Coges una lata. Haces un agujero en la parte inferior de ella y te la bebes de golpe.
Eres feliz. Más feliz que nunca.






¿Un mensaje subliminal?


El Birracrucis

Se trata de un gran acto de piedad, don de mente sana, que no sinónimo de cuerda.
Se viven traiciones Judas con ahínco de pecado, a la vez que estrategias viriles y palabras bellas con tal de llevar a una dama al huerto de los olivos.
Superando incidentes, luchando por la creencia interior, somos negados una y otra vez pero nuestra fe persiste e insiste.
A veces traicionamos, a veces somos arrestados, a veces se nos condena sin siquiera conocer el motivo, a veces nos consuelan y otras consolamos, pero otras veces, somos crucificados demasiado pronto.
Flagelados y coronados de espinas cargamos con la cruz que nos toca, y cuando no nos ayudan, solitario es nuestro sufrimiento.
En la undécima estación prometemos el reino al buen ladrón y su madre si hace falta, pero el nivel es alto y las estaciones duras de superar, así que caemos, morimos como ratas y nos sepultamos en la más mísera agonía, y al fin, justo en el momento en el que menos lo necesitamos, justo en el preciso instante en el que finaliza lo bueno, entonces sí, entonces nos da por resucitar.


Ay señor que dura la vida del jaranero.






Así tal cual sin texto.com

NO más márgenes de apuntes ilustrados


Me acababa de comprar un paquete de nevados como dosis de adrenalina en vena.
Una interminable clase de apuntes aburridos y margenes ilustrados me habían sorbido los fluidos energéticos. Salgo y miro a ambos lados del paseo de nuestro recinto. Entre hojas secas y amarillas veo unas niñas con una barita mágica y al lado, un banco vacío. Me acerco paulatinamente arrastrando los pies y me relajo en él vigilando que no recibir del árbol ningún dardo de garbanzo asesino.
Adrede, me resbalo, apoyando la nuca en el frío banco verde botella y dejo mi parte trasera en el precipicio del extremo del banco, como de costumbre.
Justo en ese preciso momento, justo en aquél instante, siento calma. Músculos en estado zen.
Miro hacia el cielo, pasando por las finas ramitas del árbol asesino. La primavera las ha acicalado con motivos florales blancos y contrastan con el azul del cielo de un día jodidamente bonito.


Conversaciones distraídas de contenido existencial bailan a mi alrededor y cuando así lo deseo, salgo de mi mundo paralelo para volver a la realidad. Mis compañeros, después de cuatro intensos años puedo decir que son mis grandes amigos, se han acercado y discuten distraídamente sobre batallitas y verdades absolutas. Los miro absorta y me doy cuenta que les voy a echar de menos.
Subidón de melancolía. Me enciendo un cigarrillo al mismo tiempo que reflexiono interiormente. Ya no habrán más nevados, ni más apuntes aburridos, ni márgenes ilustrados, ni hojas secas, ni hojas amarillas, ni tan siquiera baritas mágicas. Ya no habrán garbanzos asesinos, ni músculos zen. No habrán más tardes de nuca en banco observando el contraste de ramitas y cielo. Ya no habrá nada de eso.
Porqué señores, parece ser que acabamos con esta intensa y apasionante etapa mística a la que los grandes sabios llaman “la mejor de toda la vida” y que ahora confirmo con los ojos inundados de felicidad, que de momento, ha sido la mejor de la mía.




Yo tenía 10 perritos

Yo tenía 10 perritos,
uno se perdió en la nieve,
no me quedan más que nueve.




















De los nueve que quedaban,
uno se comió un bizcocho,
no me quedan más que ocho.




















De los ocho que quedaban,
uno se largó en cohete,
no me quedan más que siete.

De los siete que me quedaban
uno se fue con el rey,
no me quedan más que seis.




















De los seis que quedaban,
uno se mató de un brinco,
no me quedan más que cinco.

De los cinco que quedaban,
uno se marchó al teatro,
no me quedan más que cuatro.




















De los cuatro que quedaban,
uno se volvió al revés,
no me quedan más que tres.

De los tres que me quedaban,
uno enfermó de tos,
no me quedan más que dos.




















De los dos que me quedaban ,
uno se lo llevó Bruno
no me queda más que uno.




















Y ese uno que me quedaba,
ese se me fue al cerro,
no me queda ningún perro.

Los perritos se acabaron.
Cuando menos lo pensé,
otros diez me regalaron.

Nota en la nevera


Por las mañanas se levanta y se pone tu camiseta imperio agujereada ¿recuerdas? aquella que como mínimo, dejaste de usar en el invierno del 92. En el armario del abuelo coge alguna de sus antiguas camisas a cuadros, que siempre se medio ata sin siquiera una miserable coordinación de botones. No te hablo de sus pantalones, que los confundo con mis medias. Se ha comprado unas gafas verdes, sin cristal, que lleva durante el día y otras amarillo fosforito que se pone de noche cuando sale de fiesta ¡Nuestro hijo no es miope, Julio, por Dios! Hace cosas muy raras, estoy realmente asustada. Te digo que se pinta los ojos de negro, fuma algo llamado drum y no sale de casa sin un sombrero morado. A veces, le da por dejarse un bigote muy fino y patillas hasta el mentón, y acorde con una sutil corbata azul eléctrico que se ha comprado, lleva unas Victoria de aquellas que le colocábamos cuando era crío y tanto odiaba. Sin hablar de su repentina y apasionada extrema pasión por la fotografía, que me ha hecho comprarle una réflex para su cumpleaños, una polaroid para su santo y ahora no sé que me dice del pez de un ojo. Julio, por Dios, tenemos que hablar.

Dudas existenciales



Si. ¿No? No, no. ¿Oh si…? No. No, no. ¿Y si Si? Mmmm… Si, si, si, ya está. Si. ¿Si, no? ¿No? Si no, pues no… ¿eh? ¿Si?
















298 mariposas





He entreabierto un ojo y todo era blanco. El brazo derecho intuitivamente se ha incorporado para cubrirme la cara con la mano. Trato de observar mi campo de visión, que muy levemente empieza a divisarse: una pared blanca, no es gran pista; un sillón verde satinado; mi ropa en el suelo. Dónde estoy. La luz me acosa. No entiendo. Me doy media vuelta y trato de abrir el otro ojo, que se pega a las pestañas inferiores mediante telarañas oculares. Dios. De repente mi cabeza se parte en dos y salen 298 mariposas de color violeta. Son preciosas. Las mariposas se dispersan por toda la habitación y suben hacia arriba. Las sigo con la mirada, ahora ya binaria, y compruebo efectivamente lo que me temía. Me han robado el techo.


















El acertijo



Es blanca y no es nieve, es bella y no se duerme
Es princesa sin guisante, es suave y no es de ante
Es salsera y no es sureña, es bailonga de alma caribeña
Por la noche un buen fiestón, y luego calcetín en mano y edredón
Es na y es de barro, y en Holanda pillará un buen catarro
Y si la pista se te despista, anda y busca una buena modista


Verborrea de tontalabios pueril


“...ayer estuve pensando mucho tía, y claro, no entiendo por qué lo hizo, porque si lo hubiera hecho de otra manera se entendería pero así no ¿no crees? Ahora tampoco sé decirte de que manera exactamente eh, lo digo por poner un ejemplo, pero seguro que fue porqué ella le dijo aquello. Y además, que realmente no tenía derecho, no entiendo cómo pudo hacerlo ¡Se lo había dicho tantas veces! Me pareció súper fuerte tía, no puedo quitármelo de la cabeza. Ya se que es una tontería, eh, si en realidad tampoco lo pienso tanto, pero sabes, un poco sí, no puedo dormir por las noches y eso. Yo lo que creo es que primero tendría que llamarme él. Si él no me llama, yo menos, sabes ¡Sólo faltaría! en realidad no es mi culpa tía y lo sabes, pero me sabrá mal... Y si llama, pues haré como si nada, como si no me importase, ni me sorprendiese, ni me alegrase, para que tampoco parezca que pierdo el culo total, sabes. Pero te lo juro tía, ahora en serio, si no me llama me muero...”

Comida de sábado en casa de mis abuelos


Uno o dos cazos de patatitas fritas; unos berberechos con vinagre, sal, limón, pimienta roja y pimienta negra; un plato de jamón ibérico tallado finito; aceitunas; longaniza bien dura en soporte de madera y cuchillo bueno, para que cada uno se corte lo que quiera. Hay que acabarlo todo hombre, somos jóvenes, estamos delgados y tenemos que comer.
Llegan los calçots. Atacamos. Salsa romesco en el plato, tres cucharadas; all i oli, dos cucharadas; tostada de pan untada con ajo y tomate; calçots, calçots y más calçots, hay que acabarlos con tal de no oir quejas de estar comiendo calçots toda la semana.
Carne a la brasa. Primero una costillita de cordero, en realidad un par o tres; media butifarra; pruebo la chistorra; otra rebanada de pan, all i oli y romesco, otra media butifarra. Por dos trocitos que quedan no los vamos a dejar, venga, cansalada y butifarra negra.
Postre triunfal, fresas con zumito de naranja, nata y azúcar. Cafés, galletitas y sobremesa. Filosofamos un rato y reímos. El fuego del hogar se esta apagando, ui, ya son las seis y media de la tarde, me despido de mis tíos, madre, hermana y abuelos; salimos rodando.





“¿Qué adelantas sabiendo mi nombre? Cada noche tengo uno distinto.”



Pequeños seres característicos no identificados


Mientras los árboles chinos florecen en China, los cisnes del río Cruces emigran a otros ecosistemas y las marionetas de madera burlan a las de plástico barato, al resto de la humanidad le surgen enigmas por resolver y cuestiones que afrontar.

El
acaso se levanta por la mañana y nos golpea desprevenidamente la nuca. Dicen que suele hacerlo, sobretodo cuando el día anterior se tragó una de acción de los años ochenta y cinco orujos. Hay que tomar decisiones y hay que tomarlas ya. Suelta como quién no quiere la cosa.

De repente, la impura y tentadora
adversidad se asoma por la puerta de la cocina en un camisón satén, nos abruma con sus curvas y nos hipnotiza con sus labios, consiguiendo finalmente, hacernos arrugar la frente. Nos desconcertamos unos instantes.

Cada uno tiene sus ambiciones, digo al cabo de un rato, sus preferencias, sus manías, caprichos, sentimientos, sueños, ilusiones y motivos para vivir. Probablemente, son diferentes los unos a los otros y justamente esto, es lo que nos hace únicos y especiales.

Yo, seguidora frustrada de la realidad más pura y poco amiga de las naves espaciales, afirmo aquí y ahora que nuestro planeta está atestado de pequeños seres característicos no identificados que viven por vivir.
Son aquellos que huelen el tacto de una mirada, son aquellos que dibujan el delirio de un baobab, aquellos que son genios y no lo saben, que provocan risa sin reír, que se alegran porqué sale el Sol y porqué después de una buena lluvia, el césped huele a césped. Son aquellos que viven para ser y son para vivir, que gozan para sonreír y sonríen para gozar.

Yo, seguidora frustrada de la realidad más pura y poco amiga de las naves espaciales, afirmo aquí y ahora que quizás no abundan, pero existen. Afirmo que los he visto y que si te acercas demasiado, son contagiables.