La virginidad del prologuísmo


Mientras Pet Shop Boys publicaba el álbum de Actually, Dirty Dancing se estrenó si saber que seguiría robando corazones más de dos décadas después. En ese momento, Los girasoles de Van Gogh valían 320 millones de francos, moría Andy Warhol y a su vez, nacían Leo Messi y el videojuego de Megaman.

Entre tanto embrollo, vino por tiro libre o por penal, Sergi Moreso. Sea como fuere, gracias árbrito por pitarlo.

Suele contarme que de pequeño miraba anuncios publicitarios en vez de dibujos. Curioso. Ya que después de 23 años, la licenciatura de Publicidad y RRPP (UB), y haber trabajado en el departamento de audiencias y promociones de TV3, resulta que ahora le da por mirar dibujos.

Una mente perspicaz e ingeniosa pero absorta en sus márgenes de apuntes ilustrados, al fin decide continuar con lo suyo y se mete en EINA (UAB). Allí cursa un postgrado de ilustración creativa y técnicas de comunicación visual dónde se lanza de pleno en el mundo del dibujante- creador y vende su primera pequeña obra en una exposición en la sala Barra de Ferro.

Amamantando sus conocimientos, hace un curso de edición de video (Adobe Premiere), uno creación web (Flash y Dreamweaver) y otro de diseño gráfico y maquetación (Photoshop, Illustrator e InDesign).

Otras veces, también nos entretenemos gargajeando juntos alguna que otra estropaja mental y él se dedica a ilustrarlas.

Chorradas habidas y por haber, se mete en cada proyecto como si su vida dependiese de ello, tratándolo con dedicación, esfuerzo, delicadeza y sobretodo, mucho cariño. Puede abarcar multitud de ámbitos y temáticas distintas, siempre bajo su característico estilo personal. Nada de plagio de revistas punkis modernetas, ni inspiraciones sospechosas de fancines gratuïtos y flyers underground.

Él es así.