El acertijo



Alcahuetas de naturaleza, casamenteras de músculo y hueso.

Como buenos magazines de coleccionista, se agrupán en fascículos
y cuando te acostumbras a tenerlos, ya no puedes vivir sin ellos.

Rostro blanco y lechoso pero consistente y contráctil,
bajo su cuerpo serrano, se esconde fibra y tejido conectivo.

Si juegan y se lastiman, niños malos, dice el doctor,
ahora habrá que abrir, ir a buscarlos, encontrarlos y atarlos.

Así, que seriamente se lo digo señores, no se vuelvan a escapar,
pues sin ustedes, los huesos manifestan su pereza y su profundo descansar.




Malditos tendones.